martes, 17 de marzo de 2009


Le damos forma a estos compuestos que nos contienen. Cárceles mundanas viciadas de autoexcrecencia formalizan en la común unión de vecindad. La vuelta entera ante los rostros de memoria en las calles del centro. Saludamos inquietos el colectivo que se ha de marchar sin mi, sin vos y sin ustedes. El campo desolado de un local contra otro y otro y otro local con las vidrieras pintadas con cal. Las escuelas con mas profesores de licencia que alumnos en las aulas. Postrimerías anecdóticas , siempre falsas, de la oligarquía que duerme su muerte en las lujosas tumbas de la necrópolis. Todo tan similar, cajones amontonados como camas marineras. Algún lugar para esparcir toda la tensión de la semanal forma de vida. En común, sueldos enteros se desintegran lujuriosos los sábados nocturnos.Un matiz insoslayable de ternuras y asesinatos, ser de la ciudad, moverme y construirla. La historia nos da hechos y dominós que se acuestan en la mas contradictoria de las escenas del mundo: la urbanidad.

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